Fístula vaginal
Una fístula vaginal es un orifico anormal que conecta la vagina con otro órgano, por ejemplo, con la vejiga, el colon o el recto. El médico podría describir el trastorno como un orificio en la vagina que permite que las heces o la orina pasen a través de esta.
Síntomas
Según el tamaño y la ubicación de la fístula, es posible que tengas síntomas leves o problemas importantes con la continencia y la higiene. Algunos signos y síntomas de una fístula rectovaginal son:
Tránsito de gases, heces o pus desde la vagina
Secreción vaginal con mal olor
Infecciones vaginales o urinarias recurrentes
Irritación o dolor en la vulva, la vagina y la zona entre la vagina y el ano (perineo)
Dolor durante las relaciones sexuales
Causas
Una fístula rectovaginal puede formarse como consecuencia de lo siguiente:
Lesiones durante el parto. Las lesiones relacionadas con el parto son la causa más frecuente de las fístulas rectovaginales. Estas comprenden desgarros en el perineo que se extienden hasta el intestino o la infección de una episiotomía, una incisión quirúrgica para agrandar el perineo durante el parto vaginal. Pueden ocurrir luego de un trabajo de parto largo, difícil o con obstrucciones. Estos tipos de fístulas también pueden suponer lesiones en el esfínter anal, los anillos de músculo al final del recto que ayudan a contener las heces.
Enfermedad de Crohn. La enfermedad de Crohn, que es la segunda causa más frecuente de las fístulas rectovaginales, es una enfermedad intestinal inflamatoria en la que se inflama el revestimiento del tubo digestivo. La mayoría de las mujeres con enfermedad de Crohn nunca presentan una fístula rectovaginal, pero tener la enfermedad de Crohn aumenta el riesgo de este trastorno.
Tratamientos para el cáncer o con radiación en la zona pélvica. Un tumor canceroso en el recto, el cuello uterino, la vagina, el útero o el conducto anal puede ocasionar una fístula rectovaginal. La radioterapia para los tipos de cáncer en estas zonas también puede ponerte en riesgo. Generalmente, una fístula causada por radiación aparece dentro de los seis meses a dos años posteriores al tratamiento.
Cirugías que involucren la vagina, el perineo, el recto o el ano. En raras ocasiones, las cirugías previas en la región pélvica inferior, como la extracción del útero (histerectomía), pueden provocar la formación de una fístula. La fístula puede formarse como resultado de una lesión durante la cirugía o de una pérdida o infección que aparece después de esa cirugía.
Otras causas. En raras ocasiones, una fístula rectovaginal puede ser causada por infecciones en el ano o en el recto, infecciones de pequeñas protuberancias en forma de saco en el tubo digestivo (diverticulitis), la inflamación a largo plazo del colon y del recto (colitis ulcerosa), heces secas y duras que quedan atascadas en el recto (retención fecal) o lesiones vaginales no relacionadas con el parto.
Diagnóstico
Probablemente te hagan una exploración física y determinadas pruebas, según sea necesario en tu caso.
Exploración física
El médico realizará una exploración física para intentar ubicar la fístula rectovaginal y detectar un posible tumor, una infección o un absceso. El examen médico consiste en inspeccionar la vagina, el ano y la zona entre ambos (perineo) con la mano, utilizando guantes.
A menos que la fístula esté ubicada muy abajo en la vagina y sea claramente visible, es posible que el médico utilice un espéculo para observar la parte interior de la vagina. También puede que utilice un instrumento similar al espéculo, llamado «proctoscopio», que se inserta en el ano y el recto para detectar problemas.
Durante el procedimiento, el médico puede extraer una muestra de tejido para hacer análisis de laboratorio (biopsia).
Pruebas para la identificación de fístulas
Es posible que el médico no encuentre la fístula durante la exploración física. Puede ser necesario hacer otras pruebas para determinar la ubicación de una fístula rectovaginal y evaluarla. Estas pruebas también pueden ayudar al equipo médico a planificar la cirugía.
Pruebas de contraste. Puede utilizarse un vaginograma o un enema baritado para determinar la ubicación precisa de una fístula en el recto superior. Estas pruebas utilizan un medio de contraste para producir imágenes de rayos X de la vagina o del intestino.
Prueba con tinte azul. Esta prueba supone colocar un tampón en la vagina y luego inyectar un tinte azul en el recto. Si el tampón se mancha de azul, significa que hay una fístula.
Exploración por tomografía computarizada (TC). La exploración por tomografía computarizada del abdomen y la pelvis proporciona más detalles que las radiografías corrientes. La exploración por tomografía computarizada puede servir para determinar la ubicación de la fístula e identificar su causa.
Resonancia magnética (RM). Esta prueba permite crear imágenes de los tejidos blandos del cuerpo. La resonancia magnética puede mostrar la ubicación de la fístula, al igual que si hay otros órganos comprometidos y si existe un tumor.
Ecografía anorrectal. Este procedimiento utiliza ondas sonoras para producir imágenes de video del ano y el recto. El médico inserta un instrumento delgado con forma de varilla en el ano y el recto. Esta prueba permite evaluar la estructura del esfínter anal y poner en evidencia lesiones relacionadas con el parto.
Manometría anorrectal. Esta prueba mide la sensibilidad y el funcionamiento del recto y puede aportar información acerca del esfínter rectal y de la capacidad de controlar el tránsito de las heces. Esta prueba no sirve para ubicar fístulas, pero puede ayudar a planificar la reparación de una fístula.
Otras pruebas. Si el médico sospecha que tienes enfermedad intestinal inflamatoria, es posible que te solicite una colonoscopia para observar el colon. Durante el procedimiento, el médico puede tomar pequeñas muestras de tejido (biopsia) para su análisis en el laboratorio, lo que puede servir para confirmar la enfermedad de Crohn.
¿Cómo se trata?
Si tiene una fístula vaginal, lo más probable es que necesite cirugía para repararla. Antes de la cirugía, su médico tratará de ver si el tejido está sano o si necesita sanar primero.
Es posible que necesite medicamentos o tratamiento de las heridas para curar el tejido antes de la cirugía.
Si tiene enfermedad inflamatoria intestinal, su médico no operará durante una exacerbación de los síntomas.
Si tiene una fístula rectovaginal grande, es posible que primero le hagan una colostomía. Esto es para mantener la fístula limpia para la cirugía. Después de que se cure la reparación de la fístula, se retira la colostomía.
Después de la cirugía de reparación de la fístula, asegúrese de seguir las instrucciones de su médico. Consulte a su médico de inmediato si tiene señales de infección, como fiebre, sensibilidad, hinchazón o enrojecimiento.
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